Energía hidroeléctrica y medio ambiente
La energía hidroeléctrica no es contaminante, pero tiene impactos medioambientales.
La mayoría de plantas hidroeléctricas cuentan con una presa y una reserva. Estas estructuras pueden obstruir la migración de los peces y afectar a las poblaciones. De igual forma, llevar a cabo este tipo de instalaciones puede influir en el cambio de temperatura del agua y de la afluencia del río. Estos cambios pueden dañar a las plantas propias de la zona e incluso a los animales que habitan en sus aguas o en la tierra.
Una central hidroeléctrica clásica es un sistema que consiste en tres partes: una central eléctrica en la que se produce la electricidad; una presa que puede abrirse y cerrarse para controlar el paso del agua; y un depósito en que se puede almacenar agua.
Sustentabilidad
La energía hidroeléctrica es la que genera electricidad de forma más barata en la actualidad. Esto se debe a que, una vez que la presa se ha construido y se ha instalado el material técnico, la fuente de energía (agua en movimiento) es gratuita. Esta fuente de energía es limpia y se renueva cada año a través del deshielo y las precipitaciones.
Problemas o aspectos a tomar en cuenta
Sin embargo, la construcción de presas en los ríos puede destruir o afectar a la flora y la fauna y otros recursos naturales. Algunos peces, como el salmón, podrían encontrarse con la imposibilidad de nadar río arriba para desovar. Las últimas tecnologías, como las escaleras de peces, ayudan a los salmones a pasar por encima de las presas y a entrar en zonas de desove a contracorriente, pero la presencia de las presas hidroeléctricas cambia sus patrones migratorios y perjudica a las poblaciones de peces. Las centrales hidroeléctricas también pueden provocar la disminución de los niveles de oxígeno disuelto en el agua, lo que resulta dañino para los hábitats fluviales. (Scielo, 2016).
No hay comentarios:
Publicar un comentario